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lunes, 31 de agosto de 2015

Las señales de China que el mercado ignoró

Daniel

11:36 (hace 1 hora)
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lunes, 31 de agosto de 2015

Las señales de China que el mercado ignoró

Mucho antes de que los inversionistas perdieran la fe en el mercado de acciones de China, algo raro estaba pasando en los puertos de Long Beach y Los Ángeles, donde los estibadores y cargadores procesan casi 40% del comercio de Estados Unidos con el gigante asiático.
Jock O’Connell, un asesor comercial con 28 años de experiencia estudiando los puertos en California, no estaba viendo los patrones que se esperarían de un crecimiento rápido de la clase consumidora china. El número de contenedores procedentes de China seguía creciendo, pero desde 2013, menos zarpaban en la dirección opuesta.
La semana pasada, los mercados bursátiles globales tuvieron una sacudida violenta cuando los inversionistas se despertaron de repente ante unos índices de acciones chinos tambaleando, una señal inconfundible de que la segunda economía del mundo se estaba desacelerando. Sin embargo, quienes observan de cerca los patrones del comercio entre EE.UU. y China han visto por varios años las señales que muchos en el mercado no vieron.
“Hace un par de años, todo el mundo estaba aún emocionado con la pujante y creciente economía en China”, dijo O’Connell. “Empecé a ver nuestras cifras de exportación a China y pensé que tal vez estábamos haciendo algo mal”. Bienes producidos en EE.UU. que son populares entre la clase media china, como almendras o los vinos de California, no estaban registrando el alza de crecimiento que esperaba.
De 2000 a 2010, un número cada vez más alto de exportaciones, de 2% a 7%, salieron de EE.UU. hacia China. Luego, la tendencia se estancó. La cifra volvió a subir en 2014 y desde entonces ha descendido.
Las señales de advertencia de los puertos, sin embargo, no eran fáciles de detectar. La costa oeste de EE.UU. ha estado sumida en una ola de congestión debido a problemas logísticos y agitación laboral en la industria de carga marítima. Cuando esos inconvenientes se solucionaron durante el segundo trimestre de este año, el comercio no se recuperó.
En retrospectiva, las importaciones de china deberían haber suministrado una mejor señal de advertencia. Desde 2002, después de que se unió a la Organización Mundial del Comercio, el país asiático empezó a inundar los mercados globales con bienes baratos hechos por trabajadores con salarios bajos.
Paul Ashworth, economista jefe para EE.UU. de Capital Economics, cree que eso produjo un cambio mayor en las dinámicas de inflación estadounidenses. “Durante los últimos 12 a 15 años, ha habido una deflación continua de precios de bienes en EE.UU.”, dijo. “Todo es por causa de China”.
Antes de 2002, la inflación de servicios y la de bienes en EE.UU. se movían típicamente en la misma dirección, impulsadas por la salud de la economía estadounidense. Desde 2002, la inflación para servicios se mantuvo estable, mientras que la de bienes empezó a hundirse. Los restaurantes y las barberías no tienen mucha competencia internacional, pero las estanterías de los minoristas están cada vez más llenas de bienes chinos.
En 2010 y 2011, pareció que la presión de las fábricas chinas se moderó, lo que sugería que los consumidores en el país asiático tenían el suficiente dinero para empezar a comprar ellos mismo los bienes.
Pero para 2013, los precios empezaron nuevamente a bajar. Las autoridades chinas confrontaron a las fábricas que producían artículos que nadie compraba. Ese año, el Ministerio de Industria y Tecnología de la Información de China les ordenó a empresas en 19 industrias reducir sus niveles de producción. Las plantas de cemento, acero, químicos y papel tuvieron que recortar su actividad.
De todas formas, los bienes siguieron llegando, lo que sugería que la demanda interna en China era débil. United Steelworkers, que representa a trabajadores de plantas en EE.UU. que fabrican llantas, entre otros, se preocuparon lo suficiente como para presentar un caso comercial con el que pedían la imposición de aranceles sobre las llantas chinas. En enero, el Departamento de Comercio de EE.UU. emitió una decisión preliminar diciendo que los neumáticos habían sido injustamente subsidiados.
Cierta desaceleración en China era inevitable. Una población que envejece y crece poco significaba que el impulso que recibió en el pasado de nuevos trabajadores sería difícil de repetir. La reserva de China de personas en edad productiva (aquellos entre 16 y 59 años) empezó a contraerse en 2013 y se espera que siga la tendencia descendente.
Los economistas también han sospechado de las estadísticas económicas oficiales de China, las cuales solo han mostrado una desaceleración modesta. Eso ha llevado a muchos economistas a monitorear indicadores como la generación eléctrica, la producción de cemento o las ventas de autos de pasajeros para tener una mejor lectura de lo que está pasando, dijo Megan Greene, economista jefe de John Hancock Asset Management.
El desempeño del mercado de acciones de China fue otro factor que ocultó los problemas subyacentes del país. De octubre de 2014 a enero de este año, el índice Compuesto de Shanghai se disparó 47%. De enero a junio, saltó otro 53%.
“A lo largo del año pasado, mucha gente dijo, “hemos oído algunas noticias negativas, pero mire, al mercado de acciones le está yendo bien, así que algo debe estar bien’, y dejaron pasar las señales de una desaceleración seria”, dijo Patrick Chovanec, estratega jefe de Silvercrest Asset Management Group y ex profesor de la Universidad de Tsinghua, en Beijing.
Ahora, la ganancia del mercado de Shanghai para el año ha sido borrada y los inversionistas que ignoraron las señales de una desaceleración han tenido que reconsiderar abruptamente sus estrategias. Por su parte, Chovanec cree que los inversionistas reaccionaron con exageración en las dos direcciones.
“Primero que todo, deberían haber prestado atención mucho antes, pero si prestó atención, habría concluido que es un ajuste muy perturbador para China pero de ninguna manera algo completamente negativo para el mundo”, señaló.
China sigue siendo la segunda mayor economía del mundo después de EE.UU., una posición que probablemente no cambiará pronto. En los próximos años, su crecimiento se podría desacelerar aún más, pero China podría finalmente terminar con una economía más sostenible. Un país que crece de forma lenta no puede seguir construyendo carreteras para siempre, pero una clase media en ascenso podría beber mucho más vino californiano.
“Antes, cuando EE.UU, estornudaba, el resto del mundo se enfermaba”, dijo Greene de John Hancock. “Ahora, otras economías grandes, especialmente China, pueden estornudar y el resto del mundo lo siente”.

Daniel

11:37 (hace 59 minutos)
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lunes, 31 de agosto de 2015

¿Por qué debemos temerle al freno económico de China?


NUEVA YORK (CNNMoney) — China tiene un gran problema. Y eso es un gran problema para el resto de nosotros también.
La segunda mayor economía del mundo se está desacelerando, y muchos temen que a mayor velocidad de lo que el Gobierno admite.
Lo que es preocupante es la amplitud de los países, empresas y personas que se ven afectados por la desaceleración de China.
El crecimiento económico se está secando en América Latina. Las empresas europeas se están preparando para un hundimiento en las ventas. Las economías asiáticas más pequeñas están registrando caídas en picada en sus monedas. Incluso empresas estadounidenses que tienen poca exposición a China están siendo afectadas. Y la gente está perdiendo sus empleos.
Países que dependen de China
China es el mayor mercado para los bienes producidos por algunas naciones.
Tomemos como ejemplo a Chile, que ha tenido una economía fuerte en los últimos años. Casi el 25% de las exportaciones chilenas van a China.
El comercio constituye el 10% de la economía chilena; el doble que en Estados Unidos, según el Banco Mundial. Así que, países como Chile que (1) dependen en gran medida del comercio para tener crecimiento económico y (2) comercian mucho con China —por ejemplo, Brasil, Indonesia, Japón— tienen una exposición directa al declive económico de ese país.
Ahora que los chinos compran menos bienes o materias primas, eso está arrastrando hacia abajo las economías de esos países y los precios de las materias primas.
Se prevé que la economía de Chile crezca solo 1.8% este año, según BofA Merrill Lynch. Entre 2010 y 2013 creció más del 4% anual.
El punto es que la economía de Chile es un microcosmos de lo que está sucediendo en muchos países en todo el mundo. Un menor comercio con China se traduce en un menor crecimiento económico.
Las empresas globales no pueden esconderse de la desaceleración en China
Casi cualquier empresa con alguna conexión con China está siendo afectada. Las empresas de automóviles como Ford, BMW y Volkswagen están registrando una caída de sus ventas en China. Marcas de lujo como Prada y Coach han visto decaer sus ganancias.
La empresa siderúrgica australiana BlueScope Steel advirtió esta semana que cerrará una de sus plantas, debido a las preocupaciones sobre la demanda china, combinada con los precios bajos. El cierre provocará la eliminación de alrededor de 5,000 empleos.
Incluso gigantes tecnológicos estadounidenses como Apple y Microsoft se ven afectados.
Las ventas de Apple en China registran una gran alza respecto a hace un año, pero sus ingresos procedentes de China cayeron entre el segundo y tercer trimestre de 2015. Microsoft también ha experimentado una disminución de ventas. La fortaleza del dólar estadounidense tampoco está ayudando a estas empresas a vender sus productos en el extranjero.
En general, la economía estadounidense está menos expuesta a China en comparación con los otros países. Solo el 2% de los ingresos del de S&P 500 están directamente relacionados con China, según Goldman Sachs.
Pero eso subestima el problema. Consideremos que el 44% de los ingresos de empresas del S&P 500 provienen de fuera de Estados Unidos. Así que, aunque las ventas directas a China son un pequeño pedazo del pastel, las ventas a otros países son enormes y ya están siendo afectadas por el efecto dominó de la economía china.
El efecto dominó de China y John Deere
Y se pone peor. Incluso las empresas que no tienen mucha exposición directa a China son afectadas.
Por ejemplo, observemos una compañía estadounidense incondicional de la región central: la fabricante del equipo de agricultura John Deere. La mayor parte de las ventas de Deere se realizan en América del Norte, pero el 40% de sus ventas proceden del extranjero.
Las ventas de Deere en China se han reducido “moderadamente”, pero se prevé que sus ventas en Sudamérica bajen hasta en 25% este año, según la empresa. Gran parte de la caída en las ventas de Sudamérica pueden vincularse a China, dicen los expertos.
¿Cómo funciona el efecto dominó de China en John Deere?:
1. China importa una gran cantidad de productos agrícolas. La desaceleración de China ha causado que los precios de las materias primas caigan en picada.
2. Sudamérica es un importante exportador de materias primas que requieren de equipos agrícolas: soya, azúcar y café. Países como Brasil envían muchas de sus materias primas a China.
3. Debido a los menores precios de las materias primas, los agricultores realmente no tienen mucho dinero para gastar en equipos Deere. “Los agricultores ganan menos dinero y tienen menos (dinero) para gastar en maquinaria agrícola”, dice Brett Wong, analista de investigación senior de Piper Jaffray.
Los problemas de Deere ejemplifican el efecto dominó de China, que puede ser el mayor problema de la economía mundial en estos momentos.

Daniel

11:39 (hace 57 minutos)
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lunes, 31 de agosto de 2015

¿Elevará la Fed sus tasas de interés en septiembre?

CIUDAD DE MÉXICO (CNNExpansión) — Las posibilidades de que la Reserva Federal eleve sus tasas de interés para septiembre han ido disminuyendo, pese a que la economía tuvo un fuerte desempeño en el segundo trimestre al avanzar 3.7% frente al 2.3% estimado inicialmente.
“La fuerte revisión del PIB será una buena noticia en la Fed y será interpretada como evidencia de que la recuperación económica es más firme de lo que se había pensado. Sin embargo, la llave para la política monetaria en el corto plazo no será el crecimiento pasado o el desempeño de la inflación sino la perspectiva para ambos”, dijo Millan Mulraine, el analista de la firma TD Securities en un comentario vía correo electrónico.
“Dada la reciente volatilidad en los mercados financieros y la ansiedad por el crecimiento global, la perspectiva para ambos es más incierta y se enfila hacia abajo (especialmente la inflación). Esto provee un pretexto para que la Fed evite un alza de tasas en septiembre”, agregó.
Participantes del mercado, encuestados por Bloomberg, ven una posibilidad de 28% para un alza de tasas en septiembre. Hace dos semanas, la probabilidad era de 50%.
El presidente del Banco de la Reserva Federal de Nueva York, William Dudley, dijo que las posibilidades de un aumento en septiembre parecían “menos imperiosas” que hace pocas semanas, ante la amenaza que representa la agitación de los mercados globales.
La presidenta de la Fed de Kansas City, Esther George, se pronunció en el mismo sentido. “Dado lo que hemos visto recientemente, creo que solo tenemos que esperar y ver”, dijo la funcionaria a Fox Business Network.
“Una opinión popular entre varios inversionistas es que la Fed no elevará tasas sino hasta el próximo año. El crecimiento global es débil, los errores de política de China han desestabilizado a su mercado y los mercados estadounidenses han sucumbido a la presión con una corrección de cerca de 10%”, señaló Bank of America Merrill Lynch en un reporte.
“Creemos que es posible un retraso, pero un gran retraso es poco probable. Siempre es peligroso hacer grandes cambios en las previsiones durante la turbulencia en los mercados. Es como ir a comprar comida antes de cenar: tus tripas, en lugar de tu mente, comienzan a tomar las decisiones”, agregó. 

Daniel

12:09 (hace 27 minutos)
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ECONOMÍA   Lunes 31 de Agosto de 2015
Conflicto de la deuda

Buitres: Corte desestimó fallo de Griesa contra la inmunidad del Banco Central

La Corte de Apelaciones de Nueva York resolvió hoy que el juez Thomas Griesa "erró" en un fallo de primera instancia en el que no aceptó la "propia inmunidad" del Banco Central de la República Argentina en el conflicto de deuda del país con los fondos buitre.

El fallo de la Corte de Apelaciones aclara que a pesar de que el BCRA puede invocar su propia inmunidad soberana en esta demanda no significa que la República pueda evitar tener que negociar con los acreedores, aunque reconoció "sospechar" que este "será un previsible y desafortunado resultado de la decisión".
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