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La Bolsa Argentina
Guillermina Simonetta
La dinámica de las negociaciones día a día sobre el tema del juicio del fondo Elliott a la Argentina y otros litigios que podrían sucederse por holdouts de la deuda en default del país, hace que al momento de escribir esta nota aún no haya una resolución sobre el juicio que actualmente está en manos del juez Griesa en la justicia norteamericana. Y es que la vorágine de idas y vueltas, en la negociación con mediador de por medio, más la amenaza latente que puedan embargarse activos argentinos en Estados Unidos, no sólo los fondos depositados en el Bank of New York (BoNY) para el pago de los bonos Discount que vencen a fin de julio, sino también con activos de YPF/Chevron del proyecto Vaca Muerta a los que el fondo Elliott trata de apuntar argumentando que YPF es una empresa estatal y por ende susceptible de ser embargada…
Está claro que la jugada de la Asociación de Bancos Privados de Capital Argentino (Adeba), que comanda Jorge Brito cambió el panorama. Los bancos privados locales ofrecieron constituir aportes por US$ 250 millones para que los Buitres le pidan al juez neoyorquino, Thomas Griesa, que reponga el stay hasta 2015, mientras continúan las negociaciones.
No obstante, queda una lección. La Bolsa de Comercio en estas últimas semanas se transformó en una verdadera montaña rusa. El impacto de las noticias en las cotizaciones fue asombroso y es algo que podríamos aprovechar para nuestras inversiones.
En el año, el índice Merval acumula al 22 de julio un avance del 55%, e incluso si consideramos el valor de este promedio bursátil en dólares al tipo de cambio informal (dólar blue) la suba en lo que va de 2014 es de 24%, mostrando performances mucho mayores en compañías que habían sido muy castigadas durante 2011 y 2012 y profundizando la tendencia vertical de la segunda mitad del año pasado. Asimismo la prima de riego país del EMBI+ de JP Morgan ha cedido un 17% (esto podría mejorar con un acuerdo con los holdouts), reflejando un doble efecto elrally de precios de los bonos en dólares argentinos, y la baja del costo de financiamiento que tendría nuestro país actualmente si colocara nueva deuda, ya en un nivel menor al 10% anual en dólares.
El antecedente
El 14 de enero de 2005 se lanzó oficialmente la operación de canje de la deuda en default. A cambio de los títulos en mora, el Gobierno ofrecía tres nuevos bonos: Par, Cuasi Par y Discount. Los bonos ofrecían además una compensación adicional, ligada al crecimiento del PBI, que luego cotizaron en forma escindida como los conocemos actualmente. El plazo para la recepción de las expresiones de interés finalizó el 25 de febrero de 2005; el nivel de aceptación alcanzado permitió renegociar aproximadamente el 76,15% del monto adeudado. Se reestructuraron deudas por un valor equivalente a US$ 62.500 millones de valor nominal, canjeadas por nuevos títulos por un valor nominal equivalente a US$ 35.300 mil millones; además, como consecuencia de la reestructuración, el componente en pesos de la deuda pasó del 3% al 37%.
El 25 de febrero de 2005 el Merval cotizó en 1607 puntos, un 94% arriba de los mínimos vistos en mayo de 2004 y tras unos días de fluctuación nos entregó una fase de 20% de baja hasta mediados de abril cuando terminó el proceso de adhesión.
El evento optimista de haber logrado una amplia adhesión al canje fue descontado con anterioridad por el mercado y se generó posteriormente una toma de ganancia de corto plazo, para luego sí dar paso a nuevas subas en las acciones líderes.
Similar efecto de corto plazo ocurrió en el riesgo país con la medición del EMBI+ de J. P. Morgan subiendo un 38% desde valores cercanos a 5.000 puntos hasta antes del cambio de medición por los nuevos bonos del canje.
La experiencia Brady
Más atrás en el tiempo tuvimos un efecto similar sobre las acciones luego del ingreso de la Argentina al Plan Brady. La Argentina había suspendido los pagos a la banca comercial desde 1988. En abril de 1992 se produjo un hecho determinante. Se acordaron con el Comité de bancos acreedores los términos de la refinanciación de la deuda de mediano y largo plazo.
El Plan Brady marcó el regreso de la Argentina a los mercados internacionales de capitales. Significó un cambio dramático en cuanto a la identidad de los acreedores. La mitad de la deuda externa pública, que estaba en poder de un grupo de grandes bancos internacionales, se convirtió en bonos. Abril mostró valores de 842 puntos y aun cuando el máximo lo vimos en 900 puntos en el mes de junio, lo llamativo es que a ello le siguió una baja mayor al 60% en el índice hasta niveles de 305 puntos, por lo que el reingreso de la Argentina a los mercado en el año 1992 marcó un techo intermedio más que una oportunidad de compra…
Es hoy
Actualmente el EMBI+ de la Argentina se ubica por debajo de los 700 puntos y aunque podamos tener una baja al rango de 500/400 puntos, de corto plazo se perciben síntomas de agotamiento de esta descompresión en las primas de riesgo.
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