POLÍTICA Martes 30 de Septiembre de 2014
Al campo: "Presionan sobre el tipo de cambio para que haya devaluación y licuar salarios"
Apuntó contra bancos y agentes por especular con "contado con liqui" y pidió indagar uso de información privilegiada
Por: Liliana Franco
Cristina de Kirchner durante su discurso en Casa Rosada.
La presidente Cristina de Kirchner aseveró que "no estamos ante un problema de Economía" sino que se trata de "tres o cuatro vivos que quieren lucrar con la Argentina". También acusó a los Estados Unidos (aunque no lo mencionó) en una conspiración en contra de la Argentina.
"El problema no es de la economía" sino que "se ubica en sectores concentrados de la economía que quieren golpear al Gobierno y hacerlo, además, con ayuda extranjera". De esta manera minimizó: la caída de la actividad económica (el mismo día que según el INDEC la actividad industrial acumula 13 meses consecutivos de baja), la pérdida del superávit fiscal, el aumento de la pobreza y de la desocupación, la inflación, por mencionar algunos de los problemas.
La suba del dólar para el Gobierno sólo se explica por los movimientos especulativos de "sectores concentrados de la economía". Denunció que dos sociedades de Bolsa y varias entidades financieras son las responsables de los movimientos de la cotización de la divisa y que sus intenciones son "voltear al gobierno".
En una aseveración insólita calificó que las maniobras que se efectúan en la Bolsa de Valores para hacerse de divisas más conocido como "contado con liqui" es "ilegal". Cristina afirmó sorprendiendo a varios de los asistentes que "las divisas se pueden únicamente negociar en el mercado que maneja el Banco Central". Y para que no queden dudas afirmó: "Todo lo que sea manejo cambiario no es ni blue, ni violeta, ni amarillo ni nada, es directamente ilegal", sentenció la Presidente, durante un acto en la Casa Rosada.
Mencionó que las operaciones de "contado con liquidación" que realizaron "los bancos
Juan Carlos Fábrega escuchó con atención las críticas y sospechas que hizo Cristina respecto a su gestión al frente del Banco Central. En particular cuando deslizó que hubo cierta complicidad de la entidad monetaria con algunas entidades financieras. Y, quedó claro el respaldo presidencial al ministro de Economía, al cual mencionó en más de una oportunidad en sus dos horas de retórica.
También cuestionó la actitud de diferentes entidades del sistema financiero y señaló al respecto que "los organismos de control y de regulación" del sistema tienen que "aplicar las normas y cuidar a los argentinos".
La acusación presidencial da cuenta que el Banco salieron a desprenderse de dólares antes de conocerse la disposición del BCRA que bajaba la tenencia de activos en divisas del 30 al 20%. Los acusó de haber contado con "información privilegiada" y le pidió al Ministerio de Economía que investigara este tema.
No podía faltar las críticas a los sectores empresarios, en esta oportunidad se refirió a los exportadores y los empresarios en general al sostener que "están presionando con el tipo de cambio para que haya devaluación para licuar convenios colectivos de trabajo" alcanzados en los últimos años.
En lo que fue casi un dialogo desde el atril del Salón del Bicentenario la jefa de Estado expuso su pensamiento sin censura: la Argentina no tienen mayores problemas y si estos surgen es por los enemigos del modelo.
La Cámpora y los funcionarios más allegados al entorno presidencial defienden a capa y espada este diagnóstico de la realidad. "Lo que ustedes califican el relato despectivamente es un modelo exitoso que buscan tumbar desde adentro y desde afuera", explican.
Cristina en más de una oportunidad explicó que el kirchnerismo ha hecho por el país "lo que nadie nunca hizo" y esta transformación es la que se busca "impedir". Lo sintetizó al sostener que los enemigos buscan atacar "al proyecto político del país".
También, y en un tono de reto les habló a los "sectores exportadores y empresariales, a partir de su propia ineficiencia, porque yo no les dije que no vendan la soja, por idiotez de muchos que creen todo lo que leen", expresó la jefa de Estado en referencia a la decisión del sector agrícola de no cumplir, en las últimas semanas, con la venta de sus tenencias en granos.
Estados Unidos (aunque sin mencionarlo) fue destinatario de varias críticas presidenciales. Comenzó mencionando la carta en donde los Estado Unidos advierten a sus ciudadanos en relación a la inseguridad en la Argentina. "No estamos en el far west" aseveró Cristina demostrando una vez más que la inseguridad no es problema para el Gobierno.
Calificó que la misiva "está destinada a provocarme" pero afirmó que "no me van a hacer enojar". "Creo que esa carta" tuvo como propósito "provocarme" pero "no estoy enojada, no me van a hacer enojar", expresó la mandataria.
Previamente se había referido a la decisión del Juez Griesa de declarar en desacato medida que calificó de que "nunca se ha llegado tan lejos en el disparate", y denunció que "quieren tirar abajo la reestructuración de la deuda". Y anticipó que seguramente "habrá sanciones". Cristina con ironía confesó que no le sorprendería que "me quieran poner presa".
En una acusación que shockeo a los asistentes la jefa de Estado afirmó que en la conspiración en contra de la Argentina recomendó que "si me pasa algo, que nadie mire hacia el Oriente, miren hacia el Norte" en referencia a las supuestas amenazas que recibió del grupo terrorista islámico ISIS.
Para que no queden dudas aseguró que "después de ver las cosas que se están haciendo desde determinadas representaciones diplomáticas, después de escuchar declaraciones que parecen un ejercicio de cinismo, que vengan a crearnos una historieta de que el ISIS me está buscando para matarme", dejando en el auditorio la convicción que se refería a los Estados Unidos.
Miles de militantes, patios colmados de jóvenes que desplegaron banderas fue el marco apoteótico que desplegó el secretario general de la Presidencia, Oscar Parrilli para el acto que dio lugar a los encendidos discursos presidenciales.
"El problema no es de la economía" sino que "se ubica en sectores concentrados de la economía que quieren golpear al Gobierno y hacerlo, además, con ayuda extranjera". De esta manera minimizó: la caída de la actividad económica (el mismo día que según el INDEC la actividad industrial acumula 13 meses consecutivos de baja), la pérdida del superávit fiscal, el aumento de la pobreza y de la desocupación, la inflación, por mencionar algunos de los problemas.
La suba del dólar para el Gobierno sólo se explica por los movimientos especulativos de "sectores concentrados de la economía". Denunció que dos sociedades de Bolsa y varias entidades financieras son las responsables de los movimientos de la cotización de la divisa y que sus intenciones son "voltear al gobierno".
En una aseveración insólita calificó que las maniobras que se efectúan en la Bolsa de Valores para hacerse de divisas más conocido como "contado con liqui" es "ilegal". Cristina afirmó sorprendiendo a varios de los asistentes que "las divisas se pueden únicamente negociar en el mercado que maneja el Banco Central". Y para que no queden dudas afirmó: "Todo lo que sea manejo cambiario no es ni blue, ni violeta, ni amarillo ni nada, es directamente ilegal", sentenció la Presidente, durante un acto en la Casa Rosada.
Mencionó que las operaciones de "contado con liquidación" que realizaron "los bancos
Juan Carlos Fábrega escuchó con atención las críticas y sospechas que hizo Cristina respecto a su gestión al frente del Banco Central. En particular cuando deslizó que hubo cierta complicidad de la entidad monetaria con algunas entidades financieras. Y, quedó claro el respaldo presidencial al ministro de Economía, al cual mencionó en más de una oportunidad en sus dos horas de retórica.
También cuestionó la actitud de diferentes entidades del sistema financiero y señaló al respecto que "los organismos de control y de regulación" del sistema tienen que "aplicar las normas y cuidar a los argentinos".
La acusación presidencial da cuenta que el Banco salieron a desprenderse de dólares antes de conocerse la disposición del BCRA que bajaba la tenencia de activos en divisas del 30 al 20%. Los acusó de haber contado con "información privilegiada" y le pidió al Ministerio de Economía que investigara este tema.
No podía faltar las críticas a los sectores empresarios, en esta oportunidad se refirió a los exportadores y los empresarios en general al sostener que "están presionando con el tipo de cambio para que haya devaluación para licuar convenios colectivos de trabajo" alcanzados en los últimos años.
En lo que fue casi un dialogo desde el atril del Salón del Bicentenario la jefa de Estado expuso su pensamiento sin censura: la Argentina no tienen mayores problemas y si estos surgen es por los enemigos del modelo.
La Cámpora y los funcionarios más allegados al entorno presidencial defienden a capa y espada este diagnóstico de la realidad. "Lo que ustedes califican el relato despectivamente es un modelo exitoso que buscan tumbar desde adentro y desde afuera", explican.
Cristina en más de una oportunidad explicó que el kirchnerismo ha hecho por el país "lo que nadie nunca hizo" y esta transformación es la que se busca "impedir". Lo sintetizó al sostener que los enemigos buscan atacar "al proyecto político del país".
También, y en un tono de reto les habló a los "sectores exportadores y empresariales, a partir de su propia ineficiencia, porque yo no les dije que no vendan la soja, por idiotez de muchos que creen todo lo que leen", expresó la jefa de Estado en referencia a la decisión del sector agrícola de no cumplir, en las últimas semanas, con la venta de sus tenencias en granos.
Estados Unidos (aunque sin mencionarlo) fue destinatario de varias críticas presidenciales. Comenzó mencionando la carta en donde los Estado Unidos advierten a sus ciudadanos en relación a la inseguridad en la Argentina. "No estamos en el far west" aseveró Cristina demostrando una vez más que la inseguridad no es problema para el Gobierno.
Calificó que la misiva "está destinada a provocarme" pero afirmó que "no me van a hacer enojar". "Creo que esa carta" tuvo como propósito "provocarme" pero "no estoy enojada, no me van a hacer enojar", expresó la mandataria.
Previamente se había referido a la decisión del Juez Griesa de declarar en desacato medida que calificó de que "nunca se ha llegado tan lejos en el disparate", y denunció que "quieren tirar abajo la reestructuración de la deuda". Y anticipó que seguramente "habrá sanciones". Cristina con ironía confesó que no le sorprendería que "me quieran poner presa".
En una acusación que shockeo a los asistentes la jefa de Estado afirmó que en la conspiración en contra de la Argentina recomendó que "si me pasa algo, que nadie mire hacia el Oriente, miren hacia el Norte" en referencia a las supuestas amenazas que recibió del grupo terrorista islámico ISIS.
Para que no queden dudas aseguró que "después de ver las cosas que se están haciendo desde determinadas representaciones diplomáticas, después de escuchar declaraciones que parecen un ejercicio de cinismo, que vengan a crearnos una historieta de que el ISIS me está buscando para matarme", dejando en el auditorio la convicción que se refería a los Estados Unidos.
Miles de militantes, patios colmados de jóvenes que desplegaron banderas fue el marco apoteótico que desplegó el secretario general de la Presidencia, Oscar Parrilli para el acto que dio lugar a los encendidos discursos presidenciales.