Calificadora canadiense DBRS le subió la nota a la Argentina a “B”
Elevó las calificaciones de la deuda de largo plazo emitida tanto en moneda nacional como extranjera desde el nivel previo de "B-".
Argumentó la decisión en los progresos realizados para regularizar la deuda en default y las perspectivas de crecimiento positivo del país, basado en una fuerte recuperación en el crecimiento del PBI en 2010 y un crecimiento continuo alto en el año actual.
DBRS destacó "que es probable que continúen las políticas monetarias y fiscales acomodaticias". Y dice que "el fuerte crecimiento de su vecino Brasil, de quien Argentina es principal socio comercial, y los altos precios de los commodities contribuyen a la fortaleza de la economía".
Aunque aclara que "no obstante, hay riesgos de sobrecalentamiento. Además, las expectativas de inflación siguen altas en 25%".
La calificadora sostiene también que "el incremento de los riesgos en las economías avanzadas tienen el potencial de causar un importante shock externo adverso a la economía argentina".
La calificadora afirma además que hay tres factores que "limitan la solvencia de la Argentina":
(1) "Las políticas de impuestos y el gasto carecen de un marco de gestión de largo plazo. Como resultado, el país depende de los altos impuestos de exportación, el impuesto a las transacciones financieras, y las transferencias de los beneficios del Banco Central (BCRA) y las reservas como recursos adicionales. Si los precios de los commodities cayeran, el consecuente ajuste puede dificultar el acceso a la financiación en los mercados externos que es probable que siga siendo limitado y costoso".
(2) "Hay grandes subsidios y un alto impuesto sobre las transacciones financieras. Estas intervenciones pueden distorsionar los incentivos de inversión en sectores clave limitando el ya escaso desarrollo del sector financiero, reduciendo el potencial de crecimiento del PBI".
(3) "Las dudas sobre los informes de inflación persisten, poniendo en duda la exactitud de las estadísticas oficiales y la credibilidad de las políticas macroeconómicas".
BRDS sostiene que "el gobierno está cumpliendo con sus necesidades de financiamiento a través de un número de fuentes internas, incluido el Banco Central. Además de los altos ingresos fiscales, estas fuentes han sido suficientes para dar cabida a aumentos sustanciales en el gasto primario".
Y añade que "en el mediano plazo, las perspectivas de crecimiento de Argentina parecen buenas, en parte por su fuerza de trabajo relativamente bien educada, una perspectiva positiva de crecimiento para Brasil, que genera la demanda de equipo de transporte argentino, y altos precios de los productos agrícolas. Si los términos de intercambio favorables persisten, es un buen augurio para el crecimiento de los ingresos de exportación al tiempo que limita los requisitos de financiamiento externo. Sin embargo, una reversión de los términos positivos de la posición comercial podría conducir a un ajuste abrupto y potencialmente difícil y el acceso a financiamiento externo sería probablemente limitado. Un escenario con una gran adverso choque externo se ha vuelto más probable y los riesgos de deterioro del crecimiento en las economías avanzadas se han incrementado. Dado este entorno, debe haber un restauración de la confianza en los informes de inflación y una política más prudente, con un renovado acceso a financiamiento en los mercados, la Argentina es local y extranjera calificaciones en moneda podría verse sometido a fuerte presión al alza".