En un clima enrarecido, luego de la nacionalización de YPF, las agresiones desde España y la política nacional revuelta los inversores huyen o se quedan inmóviles.
Sin embargo, YPF nacional devuelve la esperanza de recomponer la matriz energética. España no tuvo mucho eco internacional en sus reclamos, solo se ve una verborragia verbal que apunta más a un regateo del precio indemnizatorio por cobrar o que creen tener derecho a cobrar. La dirigencia política trata de mantener el crecimiento económico con medidas audazes tildadas como populistas. Pero si criticamos la vergonzosa privatización ahora no puede más que ponernos contentos la nacionalización.
Es en un clima tan enrarecido como el actual, es donde generalmente comienzan las tendencias alcistas, cuando las "malas noticias" ya están todas descontadas.
G Duran