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jueves, 4 de junio de 2015

Los bajos precios del petróleo ponen en jaque a las grandes petroleras

Los bajos precios del petróleo ponen en jaque a las grandes petroleras

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Daniel Mendoza

11:43 (hace 58 minutos)
para 
Cuando la Organización de Países Exportadores de Petróleo (OPEP) inició una guerra de precios en noviembre del año pasado, que ha llevado a que las cotizaciones del Brent se muevan en torno a los 65 dólares el barril, parecía que la industria del ‘shale’ de Estados Unidos estaba condenada a desaparecer. Pero, seis meses después, son las grandes compañías petroleras las que se están viendo en apuros.
La razón está en los proyectos de miles de millones de dólares que son la base de la estrategia de las mayores petroleras mundiales y que necesitan que los precios del petróleo se sitúen cerca de los 100 dólares el barril para ser económicamente viables.
“Las grandes petroleras están siendo exprimidas por dos productores de bajo coste: La OPEP y el ‘shale’ de Estados Unidos”, apunta Michele Della Vigna, analista de Goldman Sachs. “Las grandes petroleras tienen que reinventarse”.
Los bajos precios del petróleo y la sobreoferta plantean un nuevo periodo que era impensable hace tan solo unos meses: el mundo ya no necesita los grandes y caros proyectos planteados por empresas como Shell, Chevron o Total.
El aumento de los suministros de Arabia Saudí, Irak y, probablemente, Irán combinado con una industria cada vez más eficiente del esquisto podría aglutinar la mayor parte de la nueva producción.
Los consejeros delegados y presidentes de las principales compañías petroleras, incluyendo a Rex Tillerson, de ExxonMobil, o Bob Dudley, de BP, se reunirán con los ministros de la OPEP la próxima semana durante la conferencia bianual organizado por el cartel de países exportadores de petróleo.
Y las conversaciones serán muy distintas a las de hace seis meses. La opinión generalizada entonces era que la industria del ‘shale’ sólo podría sobrevivir con un precio del crudo de 100 dólares el barril. La ola de quiebras que se esperaba nunca llegó, todo lo contrario, la producción de esquisto ha seguido creciendo a pesar de los bajos precios.
Mientras tanto, los problemas de las principales empresas, que habían sido enmascarados por los altos precios del petróleo, se han dejado ver: los desarrollos son demasiados caros y su complejidad hace que sea poco probable que se beneficien de la caída de los costes como está ocurriendo con los pozos de ‘shale’, cuyo desarrollo es más sencillo. Además, los megaproyectos no pueden ponerse en ‘stand by’ como los desarrollos de esquisto a la espera de una recuperación de los precios.
Mientras que los pequeños productores han mantenido los costes de exploración y desarrollo de nuevos campos en 14,47 dólares el barril durante los últimos cinco años, las principales empresas de la industria los están viendo crecer hasta el doble que en 2010, hasta los 29,95 dólares el barril, según datos de Citigropu, ya que se han centrado en proyectos en arenas bituminosas, el GNL o aguas profundas.
Las grandes petroleras se defienden argumentando que su estrategia es sólida. Por un lado, las grandes operaciones de refinación les proporcionan un flujo de efectivo adicional y dominan la creciente industria del GNL.
Tillerson dijo la semana pasada que el negocio integrado de Exxon, incluida su unidad de químicos, era “una ventaja competitiva que no se replica fácilmente.”
Y, entre las oportunidades que tendrán, se encuentran las aperturas petroleras que se están realizando, una circunstancia que no ocurría desde los años 80. Brasil o México son mercados que puede presentar interesantes opciones de desarrollo de negocio a las grandes petroleras, además de Irán que está anunciando que dará la bienvenida de nuevo a los grupos internacionales, una vez que se levanten las sanciones de las potencias occidentales.