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Martes 21 de julio de 2015 | Publicado en edición impresa
Autocensura
Bancos dejan de operar bonos para que no los culpen de la suba del dólar
Entidades nacionales y varias sociedades de Bolsa líderes dejaron de comprar y vender títulos en moneda extranjera, incluso para clientes; no quieren quedar bajo la lupa de las autoridades
Soldado que huye sirve para otra batalla. Esta lógica es la que está imperando en varios bancos nacionales y en algunas de las más grandes sociedades de Bolsa. Tras varios llamados de atención de la Comisión Nacional de Valores (CNV) y del Banco Central (BCRA) por la escalada del dólar contado con liquidación -como se conoce el tipo de cambio que surge de la compraventa de títulos en el mercado bursátil-, muchos decidieron la semana pasada directamente dejar de operar bonos en dólares, incluso en nombre de clientes, con tal de no ser objeto de la ofensiva oficial.
"Acá el tipo de cambio entró en una dinámica difícil. El problema es que si bien no hay oferta, están enterrando la demanda. Algunos bancos les prohibieron a sus clientes operar con bonos en dólares", confió un operador del mercado. "No los podés vender en dólares ni comprar en dólares o con pesos. Y a los que ya tienen los títulos en cartera les dicen que los transfieran a una sociedad de Bolsa para venderlos. Llegó a un grado de locura tal que traban la compraventa de sus bonos", aseveró la fuente.
En otro banco nacional confirmaron la decisión. "Depende de cada uno hacerlo, pero son varios los que ya no están vendiéndoles bonos a sus clientes", admitió a LA NACION el director de una entidad, con la condición de no ser identificado.
Las entidades intentan no hacer demasiado ruido. Sólo se lo comunican a los clientes que quieren hacer una transacción. Varias casas de Bolsa líderes, por su parte, dejaron de hacer compras de bonos denominados en dólares contra pesos o redujeron al mínimo el volumen de este tipo de operaciones.
El contado con liquidación es el tipo de cambio implícito que surge de comprar con pesos un bono denominado en moneda extranjera, para luego venderlo contra dólares, ya sea en el mercado local o en el exterior.
Como consecuencia del cepo cambiario, es el único mecanismo legal que les queda a las empresas para transferir utilidades o para conseguir dólares para pagar importaciones. También es el que usan muchos ahorristas para dolarizarse más allá de la pequeña ventanilla que ofrece el Gobierno, previa autorización de la Administración Federal de Ingresos Públicos (AFIP). Se trata, por ende, de un mercado mucho más grande que el del dólar blue e inquieta sobremanera a las autoridades. Ayer, el "contado con liqui" -como se lo conoce en la jerga- cerró a $ 13,49, contra $ 14,55 del paralelo.
ESFUERZOS OFICIALES
La semana pasada las autoridades hicieron lo imposible para mantener las cotizaciones a raya. Primero, de la mano de la Procelac buscaron sin éxito que la Corte Suprema lo declarara ilegal. Aunque fallido, el intento tuvo el efecto contrario al deseado: el precio del contado se disparó y tuvo que salir el presidente del BCRA, Alejandro Vanoli, a negar que tuvieran en mente alguna otra medida.
Las autoridades luego optaron por seguir con la estrategia que venían usando hasta ahora: simples llamadas de la CNV o del BCRA a los banqueros y dueños de sociedades de Bolsa para que moderen sus operaciones.
Pero no hubo necesidad de ser insistentes. La difusión, algunos días antes, de la nueva doctrina de la Agencia Federal de Inteligencia (AFI) les había allanado el terreno. "Hay muchas sociedades de Bolsa grandes, incluidos nosotros, que no estamos operando bonos en dólares contra pesos", aseveró un operador de una de las casas de Bolsa líderes de la City porteña. "Esto no fue por un apriete específico, sino por el decreto reglamentario de la actuación de la nueva SIDE. Los más grandes dejaron de hacer operaciones para no quedar visibles, porque bajo la nueva norma el Gobierno puede hasta detener a los dueños y escuchar conversaciones", detalló.
Según el decreto, la AFI podrá investigar a empresas y "grupos económicos y/o financieros", cuando considere que llevan adelante "acciones tendientes a la desestabilización de gobiernos democráticos mediante corridas bancarias y cambiarias, desabastecimientos, «golpes de mercado», etc.".
Así las cosas, las entidades prefieren no quedar expuestas y, como los sistemas a través de los cuales compran los títulos no les permiten aclarar si lo hacen en nombre propio o de sus clientes, no operan por uno ni por otro..