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jueves, 21 de enero de 2016

Buitres ya tienen su interna: negociadores vs. peleadores Nota enviada por Sebastian Quintáns


Elliott se enfrenta a Bracebridge

Buitres ya tienen su interna: negociadores vs. peleadores

• AYER PIDIERON POSTERGAR POR CUESTIONES "DE LOGÍSTICA" LA REUNIÓN DEL 25 DE ENERO.
• ELLIOTT SE ENFRENTA A BRACEBRIDGE.


Por: Carlos Burgueño



Daniel Pollack
Los fondos buitre ya tienen, por primera vez en los largos ocho años de duración del "juicio del siglo", una seria interna. Están los que quieren extender todo el tiempo posible la disputa, sin la voluntad de renunciar a un solo dólar de los que Thomas Griesa les prometió cobrar con su fallo del 2013; y los que aceptarían, si es medianamente sólida, la propuesta que la Argentina tiene para ofrecerles. En el primer grupo están los buitres de "primera generación", encabezados por NML Elliott de Paul Singer, Aurelius de Mark Brodsky, Olifant y ACP Master, entre otros. En el segundo grupo está la mayoría de los "me too" o de "segunda generación", que están dispuestos a ser flexibles ante la propuesta que hará el país.

La interna, que ya se venía observando en algunas declaraciones de los abogados que representan a los diferentes acreedores, quedó expuesta el martes abiertamente al pedir el abogado de Elliott, Robert Cohen, la postergación del encuentro que ya estaba acordado para la próxima semana en el despacho de Nueva York del "special master", Daniel Pollack, programado para la próxima semana. Según confirmó ayer el Ministerio de Economía a través de un comunicado firmado por el secretario de Finanzas, Luis Caputo, donde se menciona que los acreedores solicitaban postergar "una semana la reunión en la que el Gobierno argentino prevé acercarles una propuesta destinada a encaminar el litigio por la deuda".

El pedido lo recibió Caputo de parte de Pollack vía telefónica el martes por la noche, quién argumentó que los holdouts le había mencionado "problemas de logística". Caputo debió consultar antes a Alfonso Prat Gay, que a su vez le preguntó a Mauricio Macri (ambos en la cumbre de Davos), que le dieron la aceptación al pedido, sin reclamar mayores explicaciones.

La especulación que hacen ahora los analistas es que el pedido de correr siete días la próxima reunión cara a cara en el bufete de Pollack se debe a que estalló la interna entre los propios acreedores. Según esta visión, que llega desde Nueva York (muy cerca del despacho del "special master"), los fondos buitre están enfrentados en dos posiciones. La primera la encabezan Paul Singer y Kenneth Dart, junto con Olifant y Aurelius, y se basa en la estrategia de extender en el tiempo lo máximo posible la resolución del caso. Suponen que como hasta ahora esta posición les dio resultado, con el cambio de Gobierno argentino llegó el tiempo de volverse a mostrar inflexibles en el reclamo del 100% de la deuda, más el total de los intereses calculados por Griesa, sumando punitorios y multas. Y que en todo caso, lo que se debe negociar no es una quita, sino la extensión del pago en cuotas o la emisión de un bono de deuda soberana que luego sea inmediatamente comprado por bancos internacionales. Supone este grupo de acreedores que el Gobierno de Mauricio Macri tiene que sufrir durante los primeros meses de gestión (al menos un año) el rigor de no poder salir a los mercados internacionales y ser acosado en todas las cortes judiciales de los Estados Unidos para que, al fin, hocique y acerque la oferta más conveniente a sus intereses. Parte de esta estrategia fue la presentación del martes pasado, publicada en exclusiva por este diario, ante la Corte Suprema de EE.UU. para que sea en ese ámbito donde se resuelva el litigio por el "álter ego" del Banco Central con el Gobierno argentino.

Del otro costado dentro de la interna de los fondos buitre se encuentra la mayoría de los "me too" (salvo Elliott, Aurelius y Dart), que creen que ya llegó el momento de escuchar qué es lo que Caputo tiene para ofrecer, y comenzar a negociar desde esa base. Entre otros, están en este listado Bracebridge Capital LLC, el Lightwater Partners, el Old Castle y el GMO. El principal impulsor de esta posición es Bracebridge, un fondo original de Boston que presentó su demanda desde sus subsedes de las islas Cayman y que le reclama al país que se le paguen unos 1.121 millones en bonos originales. El dinero no incluye el acelerado cálculo indexatorio que aplica a las deudas Thomas Griesa y que podría elevar el reclamo por encima de los u$s 1.500 millones. Se desconoce el precio que Bracebridge pagó por esta deuda, ya que no está contabilizado como uno de los primeros en tentarse con la operación de adquirir ese pasivo a punto de default de fines de 2001 o ya con el país en caída libre a comienzos de 2002. Se especula, en realidad, con que Bracebridge comenzó comprando estos bonos ya impagos a alguno de sus clientes, especialmente fondos de inversión, mutuales o particulares norteamericanos y europeos con deuda impaga y que figuraban entre sus clientes. Considera entonces que una quita mejor a lo que en su momento ofreció Axel Kicillof en junio de 2014 (los mismos términos que el canje 2010) ya le proporcionarían una ganancia lo suficientemente generosa como para retirarse de la pelea con la frente en alto y los dólares contantes y sonantes.