viernes 4 de Mayo de 2018
Fitch baja panorama de deuda argentina a estable desde positivo
La calificadora Fitch bajó el viernes el panorama de deuda de Argentina a "estable" desde "positivo", y mantuvo la calificación "B" para la Argentina.
Sucedió luego de que la Argentina bajó su meta de déficit fiscal para este año al 2,7 por ciento del PIB desde el 3,2 por ciento, en busca de calmar la agitación que sacude los mercados financieros locales desde hace una semana.
El anuncio se realizó un día después de una fuerte caída del peso argentino y minutos después de que el Banco Central subió abruptamente la tasa monetaria -por tercera vez en una semana- para llevarla al 40 por ciento.
El ministro de Hacienda, Nicolás Dujovne, explicó en una conferencia de prensa que el Gobierno ya preveía cerrar el año con un déficit inferior al 3,2 por ciento, pero que oficializó la menor cifra para generar certidumbre.
De los 0,5 puntos de reducción en la meta del déficit, "un tercio viene dado por mayores recursos, porque la recaudación está evolucionando mejor (...) y los otros dos tercios es porque vamos a generar ahorros", señaló Dujovne.
El ministro dijo que el Gobierno reducirá en unos 1.400 millones de dólares el gasto en obras de infraestructura este año.
Desde marzo, la autoridad monetaria ha realizado fuertes ventas de dólares de sus reservas al mercado, pero no ha logrado evitar una profunda depreciación del peso, que el jueves cerró en un mínimo histórico.
El Banco Central vendió más de 7.700 millones de dólares desde el inicio de marzo. Las reservas totalizaron el jueves 56.144 millones de dólares, frente a los 61.726 millones de dólares de fin de marzo. En un país con una elevada inflación, la gran preocupación del Gobierno es que el alza del dólar se traslade a los precios locales y genere más desajustes en la economía y protestas de una población que ya ha sufrido fuertes alzas en las tarifas de servicios públicos.
"Ojalá pudiera comprar dólares, pero no puedo comprar nada porque no puedo ahorrar nada. No nos alcanza para nada", Mónica Osorio, una empleada de 59 años que vive en los suburbios de Buenos Aires.
Pese a la devaluación del peso, el ministro de Hacienda mantuvo la pauta oficial de inflación prevista para 2018 en el 15 por ciento.
Sin embargo, no descartó que la inflación de mayo sea superior a la esperada y que el alza de la tasa afecte el crecimiento de la economía, estimado en un 3 por ciento para este año.
Analistas consultados por Reuters señalaron que la economía podría crecer solo entre un 2 y un 2,5 por ciento.
"El éxito no está garantizado, aún resta más por hacer, pero la probabilidad de tener éxito es mayor que si las autoridades no hubieran reaccionado como lo hicieron", señaló en una nota Alberto Ramos, analista de Goldman Sachs en Nueva York.
Sucedió luego de que la Argentina bajó su meta de déficit fiscal para este año al 2,7 por ciento del PIB desde el 3,2 por ciento, en busca de calmar la agitación que sacude los mercados financieros locales desde hace una semana.
El anuncio se realizó un día después de una fuerte caída del peso argentino y minutos después de que el Banco Central subió abruptamente la tasa monetaria -por tercera vez en una semana- para llevarla al 40 por ciento.
El ministro de Hacienda, Nicolás Dujovne, explicó en una conferencia de prensa que el Gobierno ya preveía cerrar el año con un déficit inferior al 3,2 por ciento, pero que oficializó la menor cifra para generar certidumbre.
De los 0,5 puntos de reducción en la meta del déficit, "un tercio viene dado por mayores recursos, porque la recaudación está evolucionando mejor (...) y los otros dos tercios es porque vamos a generar ahorros", señaló Dujovne.
El ministro dijo que el Gobierno reducirá en unos 1.400 millones de dólares el gasto en obras de infraestructura este año.
Desde marzo, la autoridad monetaria ha realizado fuertes ventas de dólares de sus reservas al mercado, pero no ha logrado evitar una profunda depreciación del peso, que el jueves cerró en un mínimo histórico.
El Banco Central vendió más de 7.700 millones de dólares desde el inicio de marzo. Las reservas totalizaron el jueves 56.144 millones de dólares, frente a los 61.726 millones de dólares de fin de marzo. En un país con una elevada inflación, la gran preocupación del Gobierno es que el alza del dólar se traslade a los precios locales y genere más desajustes en la economía y protestas de una población que ya ha sufrido fuertes alzas en las tarifas de servicios públicos.
"Ojalá pudiera comprar dólares, pero no puedo comprar nada porque no puedo ahorrar nada. No nos alcanza para nada", Mónica Osorio, una empleada de 59 años que vive en los suburbios de Buenos Aires.
Pese a la devaluación del peso, el ministro de Hacienda mantuvo la pauta oficial de inflación prevista para 2018 en el 15 por ciento.
Sin embargo, no descartó que la inflación de mayo sea superior a la esperada y que el alza de la tasa afecte el crecimiento de la economía, estimado en un 3 por ciento para este año.
Analistas consultados por Reuters señalaron que la economía podría crecer solo entre un 2 y un 2,5 por ciento.
"El éxito no está garantizado, aún resta más por hacer, pero la probabilidad de tener éxito es mayor que si las autoridades no hubieran reaccionado como lo hicieron", señaló en una nota Alberto Ramos, analista de Goldman Sachs en Nueva York.