El día en que el mundo financiero "tembló" y los inversores fueron en busca de refugios
Fue un martes negro para la toda la humanidad. Mientras los reactores explotaban los mercados se derrumbaban. En apenas dos días las acciones japonesas arrastraron pérdidas equivalentes a dos veces el PBI argentino. ¿Cuál es el escenario que viene? Ranking con las principales empresas afectadas
Por Rubén Ramallo
Ayer, el mundo tembló. No precisamente por un sismo, pero sí de miedo y preocupación, al ver las imágenes y noticias que llegaban desde Japón.
La humanidad fue testigo de sucesos tan trágicos que, sin lugar a dudas, seránrecordados por varias generaciones.
"Catástrofe", "crisis nuclear", "apocalipsis", "tragedia", "Chernobyl", "grado 7", "radiactividad", fueron las palabras que ilustraron un día cargado de tensiones, desconcierto y pánico.
Las explosiones en los reactores se iban sucediendo en una suerte de efecto "dominó".
Incluso, muchos argentinos, que no sabían bien qué era un reactor, o cómo funcionaba, hasta sintieron la necesidad de interiorizarse.
El mundo financiero no estuvo exento a este desastre. Y también tuvo su jornada negra. Tan negra como el humo que se veía ascender de las plantas nucleares que entraban en eclosión.
Es que la grave situación que vive Japón, tras el devastador tsunami, terremoto y peligro nuclear -que han puesto en vilo al país- terminó desatando una auténtica psicosis en los mercados.
En un inicio, parecía que este duro trance iba a quedar encapsulado en el mercado bursátil de Tokio.
Pero no fue así. Las explosiones e incendios registrados en la central de Fukushima -que generaron alerta máxima por fuga radiactiva- desencadenaron una corrida de los inversores y una ola vendedora que replicó, ahora en el plano financiero, la terrible ola que, días atrás, había arrasado con toda una ciudad.
Sin hacer distinción de continentes o países, la vorágine por la búsqueda de activos de refugio se fue agigantando.
En maniobras casi desesperadas, buscaban huir de sus tenencias de papeles de aquellasempresas que habían quedado más expuestas al desastre.
¿Cuáles fueron?: Una gran cantidad, de los sectores más diversos. Sólo por mencionar algunas:
• Automotrices: Daimler, Volkswagen
• Tecnológicas: Cisco, Intel, STMI
• Aviación comercial: Lufthansa, British Airways, Boeing
• Compañías de seguro y de reaseguro
• De Energía nuclear: Essar Energy
• Productoras de artículos de lujo: PPR (Prada, Gucci, YSL)
• Compañías de entretenimiento: Walt Disney
• Mineras y extractivas: Fresnillo, K+S
• Empresas eléctricas: General Electric
• Químicas: Basf, 3M
"El comportamiento que han mostrado los inversores es básicamente de pánico, en un movimiento que se conoce en el mercado como ´efecto manada´", señala Mauro Gini, analista de FDI Gerenciamiento Patrimonial.
El derrumbe oriental
El principal mercado bursátil nipón vivió un día trágico, después de que las autoridades confirmaron la existencia de fugas radiactivas.
Así, la bolsa de Tokio tuvo el mayor desplome de los últimos 24 años, al caer casi 11 por ciento, que se sumó al derrumbe del día previo.
¿De cuánto fue la magnitud de la caída? El analista Luis Palma Cané señaló que, "en 48 horas, la baja de las cotizaciones de las acciones japonesas arrastraron a pérdidas poru$s700 mil millones, ante la caída del 17% en el Nikkei, ocurrida en las dos últimas jornadas".
A efectos comparativos, cabe destacar que esta cifra equivale -nada más y nada menos- que a dos veces el PBI argentino.
La ola vendedora resultaba imparable. A punto tal que el Banco de Japón tuvo que salir a aplicar dos inyecciones de dinero de urgencia para tratar de estabilizar la plaza.
Otra vez, la cifra vuelve a sorprender por la magnitud: la suma de ambas dosis fue por la friolera de u$s100.000 millones, que se sumaron a los u$s183.000 millones del día previo.
Casi u$s300.000 millones, en apenas 48 horas.
La verdad a medias
Ante la magnitud del derrumbe y en un intento desesperado por calmar el desconcierto, el Gobierno nipón tuvo que salir a dar un mensaje de esperanza.
"La calma volverá pronto a los mercados", esbozó el ministro de política fiscal y económica, Kaoru Yosano.
Obviamente que sus palabras fueron tomadas más como una expresión de deseo que como un firme convencimiento de que algo así sucedería en las próximas horas.
Para enfrentar situaciones de este tipo, es decir cuando el pánico se apodera de los inversores, están los funcionarios que deciden contar toda la verdad de golpe, enfrentar el cimbronazo y luego esperar que se aquieten las aguas. Y están los que optan por ir dosificando el mensaje.
Esta última línea es la que adoptó el gobierno japonés. Buscó dar "verdades a medias", minimizar el problema nuclear, mientras que -por otro lado- los inversores veían que las cosas empeoraban y las explosiones se sucedían.
En definitiva, esto no hizo más que agudizar el problema: "La crisis japonesa ha ido escalando en proporción, pero más por lo que no se sabe, o no se cuenta, que por lo que ya se conoce", resalta Gabriel Holand, CEO de HR Global.
En la misma línea Sabrina Corujo, de Portfolio Personal, señala que "el gobierno japonés decía que estaba todo bien cuando los hechos mostraban que no era tan así".
"Lo que está pasando ahora es que reina el desconcierto porque no se sabe a ciencia cierta cuál es la realidad. Inclusive, hay sospechas de que no se esté contando toda la verdad", apunta el analista Freddy Vieytes.
Ante este escenario plagado de desconcierto Holand destaca una diferencia: "El lunes los inversores se limitaron a vender acciones de empresas japonesas. El problema se fue agravando y ayer el escenario fue de pánico generalizado".
Las más afectadas
El ranking de mayores bajas fue liderado por la línea aérea Lufthansa, por su fuerte presencia en toda Asia y en especial en Japón.
Al podio de las principales bajas se subió el fabricante de artículos de lujo PPR, propietaria deGucci Group (Gucci, Bottega Veneta, Yves Saint Laurent, YSL Beauté, Balenciaga, entre otras marcas) y la francesa STMI, dedicada a la fabricación de semiconductores.
Las caídas se diseminaron hacia una diversidad de sectores, representados por acciones de compañías mineras, químicas y automotrices, todas ellas con fuerte presencia comercial en el "Lejano Oriente".
El impacto, mercado por mercado
Los porcentajes de caída de cada mercado responden linealmente a su exposición a la crisis nipona.
1. Estados Unidos
En el Dow Jones las mayores bajas se localizaron en compañías vinculadas con la tecnología, químicas, eléctricas y aquellas pertenecientes a la industria de la aviación, en un rango que va del 2,5% casi el 4 por ciento.
Un rasgo común para todas ellas es su innegable vinculación comercial con los principales mercados asiáticos y, en especial, con el japonés.
Los descensos se dieron de manera muy marcada en el caso de compañías tecnológicas, afectadas por la fuerte caída de la demanda y por su participación en los reactores nucleares.
Un capítulo aparte lo escribió General Electric, que llegó a perder más de un 7%, ante el riesgo de tener que afrontar responsabilidades por las explosiones en la central de Fukushima y por la paralización de nuevos proyectos de construcción.
Un escalón más abajo se ubicaron otras compañías, de los rubros más diversos, como se dio en el caso de Walt Disney, por el hecho de poseer un parque temático en Tokio, que podría verse seriamente afectado ante la caída del turismo a esa ciudad por un buen tiempo .
Al cierre de la rueda, los mercados ubicados en la Gran Manzana cerraron con bajas promedio del 1,2 por ciento, por lo que redujeron a la mitad las caídas del inicio.
2. Europa
Las acciones europeas cerraron con una fuerte reducción y tocaron su mínimo en tres meses y medio.
El índice de los papeles líderes (FTSEurofirst) cerró con un descenso del 2,1%, tras perder cerca del 4% al promediar la jornada.
El mercado más afectado fue el alemán (-3,7%), seguido del parisino (-2,7%) y el londinense (-1,7%).
La razón de las dos primeras caídas se debió a que ambos países (Alemania y Francia) son los más dependientes de la energía nuclear, en un momento en que ésta es severamente cuestionada y se empieza a plantear la posibilidad de cerrar centrales de este tipo.
No obstante, si bien inicialmente las bajas se centraron en compañías pertenecientes a este sector, luego el castigo fue generalizado.
3. Asia y Oceanía
El cimbronazo del Nikkei se extendió a los principales mercados de Asia y Oceanía.
En especial, en los que mantienen los más estrechos vínculos comerciales y financieros con Japón.
El más perjudicado fue Hong Kong, aunque su caída fue apenas un poco más profunda que la observada en Corea y Australia.
4. América Latina
Las bolsas latinoamericanas no podían quedar al margen del derrumbe, en esta corrida de los inversores por salir de activos riesgosos.
La bolsa de Brasil, llegó a perder casi un 2%, si bien luego logró recuperarse y cerrar con un descenso del 0,3 por ciento.
México culminó con una caída del 0,6%, tras perder un 1,3% poco después del inicio de la sesión.
Por último, la bolsa de Lima, también marcó una considerable baja, del 2,1 por ciento.
Sin embargo, uno de los escenarios más preocupantes se dio en la plaza local, con "extraordinario" volumen operado, que se registró desde primeras horas de la mañana.
En tan sólo la primera hora de transacciones, el monto negociado ($32 millones) resultó similar al total de las dos últimas ruedas.
Con el correr de la misma y tras un inicio francamente desolador, el Merval mostró cierta recuperación, aunque cerró con una caída del 2,82 por ciento.
Pero más allá de los condimentos externos, la plaza local sufrió en carne propia el derrumbe de las acciones de YPF, que se desplomaron el 7 por ciento.
La razón de este derrumbe se debió a que su controlante (Repsol) anunció una ampliación en el mercado neoyorkino, equivalente al 11% del capital, lo cual le quitará volumen en el mercado local.
En el segmento de títulos públicos, la peor parte la llevaban el Cuasipar (-4,5%) y el Par en dólares (-2,2%), en tanto que los cupones atados al PBI en pesos, que fueron las grandes estrellas del mercado en el 2010, retrocedieron un 2,1 por ciento.
Qué puede pasar de aquí en más
"La economía mundial ahora tiene tres focos de preocupación que deben seguirse atentamente. Uno es la deuda de los países periféricos de Europa. Otro es la situación en Medio Oriente, por su impacto en la producción de petróleo. El tercero es Japón que, más allá de la catástrofe humanitaria, desde el punto de vista económico trae asociado la posibilidad de un accidente nuclear", afirma Palma Cané.
Los analistas señalan que, hasta el viernes pasado, el mundo iba camino a una recuperación lenta pero el desastre de Japón alteró ese panorama.
¿Cuánto? Según Palma Cané "el impacto de la economía nipona en el mundo -aún suponiendo caídas en sus niveles de actividad- no será de gran importancia, pues si bien es la tercera del mundo, su aporte al crecimiento anual es muy bajo, dado que crece poco".
"Más aún, es inevitable que descienda en el segundo trimestre. Pero a partir del tercero revertirá la tendencia por aumento de inversión pública que más que compensará el parate industrial y la lógica caída del consumo", señala el economista.
En este punto cabe señalar un factor que seguramente jugará a favor de la recuperación de la zona devastada por el fenómeno: la muy elevada capacidad de ahorro del pueblo japonés.
Dicho factor, más su elevado grado de patriotismo, son considerados por los analistas como un aspecto fundamental, habida cuenta de que esto repercutirá favorablemente cuando el gobierno de su país avance en la colocación de bonos de deuda pública parafinanciar la reconstrucción.
Si bien la magnitud de problema es distinta, Palma Cané traza un comparativo: "Chile, el año pasado, a pesar de su terremoto, creció entre el 5 y 6% y mantiene su tendencia creciente".
Para Corujo, de Portfolio Personal, "este cimbronazo va a pasar. Hay que tener en cuenta que el mercado venía soportando bastante bien cada uno de los conflictos que se han ido sucediendo a nivel global".
